Un viático mágico llamado libro, nos habla sobre los seres humanos que a veces tenemos la manía de auto hundirnos, auto- flagelarnos o auto-compadecernos. Pareciera que nuestra imaginación real es de imágenes oscuras, colas incesantes, escasez de productos, inseguridad personal, contaminación ambiental, programas superficiales de tv, las cuentas bancarias, las deudas, la politiquería, etc., en cierto modo, coexistimos en una especie de sociedad ergástula, vestida de blanco y negro, prohibida de los colores de la vida y por ende de los colores que brinda la sabiduría y la experiencia; que son los colores que da, por ejemplo, un libro.
Traigo esto a colación, por el grato recuerdo que me quedó después de mirar el cortometraje: “Los fantásticos libros voladores del Sr. Morris Lessmore”. En esta película, se hace un retrato de la sociedad actual y nos muestra que ir de la mano de un libro puede enseñarnos a vivir. No en balde el filósofo francés Michel de Montaigne decía: “Los libros son el mejor viático que he encontrado para este humano viaje”.
En efecto, hay una gran mayoría de personas que no quieren tomar el viático libresco, porque sencillamente no saben de lo que se están perdiendo, y la película arriba nombrada pretende, en mi opinión, abrir duchas de reflexión en torno al tema de la lectura y el amor por los libros.
Vivir rodeado de libros
Antes de entrar en materia, debo confesar que vivo rodeado de libros en mi pequeña oficina hogareña y que la lectura es una de mis pasiones preferidas. Ahora, imagínense que estoy mirando uno de mis libros y que de pronto le empiezan a saltar las letras y un vendaval me lleva junto con ellas a caminos desconocidos. En ese momento, puedo pensar que la vida se ha acabado, que Dios nos ha castigado y que la profecía de los Mayas se ha cumplido.
Las cosas suceden por algo
También podría pensar que las cosas suceden por algo y que generalmente traen nuevas y mejores oportunidades. Prefiero esta última, de lo contrario estaría auto-hundiéndome y traicionando a los mismos libros que me han obsequiado espontaneas salidas a improntas situaciones. Creo que así lo pensó Mister Lessmore.
De esta manera, se puede deducir que el mundo tiene dos lados, separados cada uno por una cerca de madera, y que yo decido de qué lado voy a estar. Un lado, está en blanco y negro y el otro lado está pintado de colores, con el cielo azul y el suelo sembrado de grama floreciente y verdecita. En un lado, están los pesimistas y las voces agoreras y en el otro están los que creemos en un mundo mejor y lleno de valores y saberes. Esto no quiere decir, que tú no te encuentres en el lado incoloro, pero si lo estás, tienes la oportunidad de brincar, hasta usando un bastón si lo deseas e iniciar el mágico viaje; recuerda no dejar el viatico que te nombré hace un rato. Creo que así lo hizo Mister Lessmore.
Leer un libro te hace volar
Por otro lado quiero decirte, que la lectura de un libro realmente te hace volar. No es una mentira que los libros vuelan. Estoy seguro que la imaginación vuela, que la inteligencia vuela, que los sueños vuelan y que la esperanza vuela. Entonces, ¿No es esto parte del contenido de los libros? Diría cualquier matemático: 2 + 2 = 4. Lo que está de anteojitos no necesita lentes.
Mister lessmore, el protagonista de la película, no solamente revive libros viejos leyéndolos sino que alimenta libros nuevos escribiéndolos. Su alma y su corazón se maravillan con ellos: se asombra, se asusta, se desespera, queda en suspenso, se alegra, se entristece, siente bondad, incluso los expende a la comunidad y cada día busca un poco de soledad para escribir y desahogarse.
No leer libros por obligación
Dado el ejemplo, te aconsejo no leer un libro obligado, deja que él te busque, que te haga volar, el tiempo y el momento de leerlo debe producirte placer, de lo contrario abandónalo de inmediato.
Para concluir, pienso que un ser humano que lee ya deja buena impresión en los demás y es probable que tenga más éxito en el manejo de sus vicisitudes, no se auto-compadece, no se deja envolver por las nubes oscuras de nuestro tiempo, se expresa con respuestas mejor argumentadas y vive del lado del arcoíris. Claro está, lleva bajo el brazo el mejor viático, ese viático contenedor de sabiduría y conocimiento, ese viatico volador o facilitador de sensaciones, ese viático que canta y baila, ese viático que enamoró a Mister Lessmore, ese viatico mágico llamado: libro.
CORTOMETRAJE: "Los libros voladores de Mister Lessmore"
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